miércoles, 19 de mayo de 2010

Mester Fermoso: Libro de Alexandre


Hoy hablamos del Libro de Alexandre, una de las primeras obras escritas en castellano, en lo que era el castellano del siglo XIII, claro. Esta obra es importante por muchas razones, entre ellas la ya mencionada de ser una de las primeras manifestaciones de nuestra literatura, pero además.... (ahora debería sonar un repique de tambores...) tachán esta obra fue la que dio nombre al Mester de Clerecía y al Mester de Juglaría.


Lo explico, esta es su segunda estrofa:



Mester traigo fermoso, non es de joglaría


Mester es sin pecado, car es de clerecía


fablar curso rimado con la quaderna vía


a sílabas contadas, car es gran maestría.


¿Lo pilláis o lo traducimos? No hace falta, ¿no? El docto escritor del Libro de Alexandre tenía muy claro que su trabajo era de clérigos, entendiendo como clérigos gente con estudios, gente que podía ser o no religiosa, es decir cura, monje, etc, pero que sin duda había tenido la suerte de formarse y adquirir una buena cultura, que en aquellos tiempo era mucho. Además le gusta distinguirse de los juglares, de esos vulgares poetastros con los que no quiere ser comparado, aunque el Libro de Alexandre tome bastante recursos de ese otro Mester.

¿Y qué cuenta el Libro de Alexandre? Pues la historia de Alejandro Magno, ni más ni menos, el mismo Alejandro que el de la película de Colin Farrell. O sea, la historia de uno de las mayores y más virtuosos emperadores de los antiguos griegos, macedonios para ser exactos, hijo de Filipo y dueño de casi todo el mundo conocido, desde el centro de Europa hasta la India, ni más ni menos. Ahora bien, el Libro de Alexandre no es muy fiel a la historia. Además de presentar a Alejandro como un dechado de virtudes: un sabio ( aunque se cuenta que estuvo formado por el mismísimo Aristóteles, osea que algo de verdad hay en ello), un guerrero sin igual (de un machetazo conquistaba toda una ciudad enemiga), fiel, leal, superfuerte (domó al caballo Bucéfalo que era una mala bestia, en el libro se dice que era un cruce entre elefante y camello), religioso, etcétera; el libro comete un sinfín de anacronismos: habla de los moros como si fuese la época actual (siglo XIII) y os recuerdo que los moros, es decir, los mahometanos, no existieron hasta el siglo VI después de Cristo, Alejandro Magno es del IV antes de Cristo, osea que se lo inventó mil años antes, además Alejandro era macedonio, su religión era politeísta, adoraba a Zeus, Afrodita (de la que le gustaba vestirse, esto es un cotilleo), y el autor del Libro de Alexandre nos lo presenta rezando a Dios en cuanto tenía oportunidad, jejejeje.
¿Quién fue su autor? Pues la verdad es que no se sabe, algunos autores dicen que fue Gonzalo de Berceo, pero para eso Gonzalo debería haber tenido 9 años, un poco difícil, el libro debió de haberse escrito entre 1180 (año del libro Alexandreis, del francés Chatillon, del que parece que se nutre) y 1250 (año en el que apareció el Poema de Fernán González, a quien influye). Otros autores dicen que Fray Juan Lorenzo, un monje leonés, no está claro, lo que sí lo está es que el Libro de Alexandre no es una mera copia de otras historias latinas de las que toma el modelo o de la obra francesa antes mencionada, es una historia original escrita siendo consciente de su originalidad, y que está escrita en un castellano de León.

El Libro de Alexandre es toda una novela de aventuras escrita en cuaderna vía, ya sabes, el tretasforo monorimo, los buenos son muy buenos, y los malos muy malvados, y el bueno vence a todas las adversidades, aunque aquí muere y eso es porque no ha sido capaz de vencer a las tentaciones, toma ya. A propósito, muere envenenado, una de las hipótesis históricas que hoy en día está prácticamente abandonada, pero que en el siglo XIII era de plena vigencia.








miércoles, 12 de mayo de 2010

Vida de juglares

Los Juglares y el Mester de Juglaría son propios de la Edad Media española, pero su influencia llegó hasta hace muy poco tiempo, de hecho, ¿no es quizá el oficio de juglar uno de los más antiguos del mundo? Aunque os parezca increíble, hasta hace muy poco tiempo, iban por los pueblos ciegos que recitaban romances actuales (para ellos) sobre crímenes sangrientos, o romances tan antiguos que casi se remontaban a los Cantares de Gesta.

¿Qué son los juglares? La palabra juglar significa bromista, así, directamente, viene de un palabro latino, de joculator, que significa más o menos eso. ¿Y quienes eran? Pues sobre todo eran hombres que se ganaban la vida yendo por los caminos de pueblo en pueblo, de mercado en mercado, o que vivían en cortes de señores feudales, incluso de reyes, se dice que Alfonso X El Sabio contaba con muchos de ellos en su séquito, y recitaban, cantaban, tocaban música, hacían malabares, etc, todo por conseguir algunos maravedíes con los que malvivir.

Según su oficio se llamaban de una u otra forma. Por ejemplo: el remedador era el juglar que se dedicaba a imitar (a remedar) tomaba una víctima entre los presentes y lo imitaba hasta que se aburría o hasta que se llevaba un palo; el cazurro era el juglar que sabía hacer malabares y algún que otro juego sacaperras tipo trilero; el juglar de gesta era el especializado en recitar fragmentos de Cantares de Gesta, adulaba con la voz y era capaz de mantener el suspense de lo que iba contando, lo más parecido a un cuentacuentos moderno; también estaba el goliardo que era un religioso renegado o un estudiante fracasado, con cultura pues, que se daba a la juglaría para escapar de la miseria, y que componía sus propias obras, a menudo de carácter muy satírico y con fuerte contenido carnal.

Cantares de Gesta

Los juglares que más nos interesan son los que usaban los cantares de gesta como herramienta de trabajo. Seleccionaba el fragmento que más interesaba al público y semirrepresentaba dicho fragmento. Algunos de estos fragmentos fueron tan famosos, tan repetidos, que acabaron en el imaginario popular como romances y así llegaron a nosotros.
El juglar memorizaba el cantar de gesta gracias a su rima asonante, que le permitía hacer cambios sobre la marcha si la memoria le jugaba una mala pasada.
Los cantares más usados fueron los del Mio Cid y las versiones del Cantar de Roldán.
El Mester de Clerecía se oponía al Mester de Juglaría, o dicho de otra forma, los que tenían oficios relacionados con la cultura rechazaban a los pobres juglares, que eran menos letrados, sin embargo esta diferencia entre ambos mesteres era menos grande de lo que creemos en la actualidad, de hecho, ¿no fue gracias a los que encuadramos dentro del Mester de Clerecía que todavía conservamos obras del Mester de Juglaría? Ah, una cosa, los del Méster de Clerecía no sólo eran curas, ya debemos ir olvidándonos de esto, lo que sí eran letrados, o sea gente con cultura y seguro que muchos de ellos religiosos, claro, la cultura estaba en la Iglesia.