viernes, 23 de julio de 2010

Un Alemán en Sevilla, un pícaro en Galeras.

En este artículo hablamos de Mateo Alemán, sevillano, coetáneo de Cervantes (nació el mismo año que él) y como Cervantes creador de una obra maestra: Guzmán de Alfarache.
No es sólo el nacimiento lo que comparte con Don Miguel, mirad cuántas coincidencias: fue hijo de un médico (aunque el de Cervantes era más cercano a un barbero), como Cervantes estuvo en la cárcel por deudas, también como él fue recaudador de impuestos y probablemente murió el mismo año que el autor de El Quijote. Su obra magna también guarda concomitancias (busca en el diccionario esta palabra si la desconoces) con la del alcalaíno, es una novela en un cierto sentido moderna e intercala obras menores al igual que la otra. Pero si algo distingue en grado sumo el Guzmán de Alfarache de Don Quijote es sin duda su profundo pesimismo, el Guzmán es una obra sombría, llena de desdichas de las que es imposible huir.
¿Por qué tanto pesimismo? Algunos autores dicen que la condición de cristiano nuevo de Mateo Alemán, y es que su abuelo era judío y un tío suyo murió en la hoguera por marrano (este apelativo era destinado a los judíos que se habían cristianizado para escapar de las persecuciones pero que seguían practicando su religión en la clandestinidad), bueno pues esa cercanía al mundo judío transmitía pesimismo a su obra. Pero otros autores consideran que era más bien una actitud vital de Mateo Alemán que una actitud cultural, porque ese pesimismo se transmite en todas sus obras, pero también transmite hondura cristiana.


Vamos a hablar ahora de su obra principal: Guzmán de Alfarache.
Si el Lazarillo de Tormes inició un género, la Picaresca, quien verdaderamente asentó el género y le dio su forma fue esta obra. El Guzmán sigue los puntos esenciales del Lazarillo, pero todo está contado de una forma más elaborada, se emplea por vez primera la palabra pícaro y fue la obra que inspiró a las posteriores para desarrollar el género.
Cuenta la historia de su protagonista, Guzmán de Alfarache, que es un condenado a galeras (o sea a remar hasta la extenuación) por su vida llena de delitos, es desde allí, desde el banco de remo al que está condenado, desde el que Guzmán cuenta su vida llena de infortunios, cuenta cómo ha intentado una y otra vez reconducir su vida y escapar del vicio y cómo una y otra vez vuelve a él, al final acepta su condena como merecida.

Esta novela tuvo un éxito fulminante, tanto que en pocos años estaba traducida a los idiomas más importantes de Europa, y también tuvo sus plagiadores (otra cosa en común con El Quijote), entre ellos el más destacado fue Juan Martí, estos plagios fueron los que hicieron que Mateo Alemán hiciera una segunda parte de su obra (otra vez parecidos con Cervantes) y que se vengara de este autor en su relato, lo hace personaje y lo deja morir ahogado regocijándose en ello.
Si tienes tiempo léelo, merece la pena, descárgalo aquí:






martes, 20 de julio de 2010

No es una cuestión sólo de amor: Romances.

El romance es un poema típico de la literatura española, tanto de España como de Iberoamérica, y de la literatura portuguesa, que usa una estrofa llamada igual.


¿Cómo es esa estrofa? Pues son versos de ochos sílabas que riman sólo los impares en asonante. Imagino que recuerdas qué es la rima asonante, si no te acuerdas busca en tu libro de texto o en el diccionario.


Los romances pertenecen a la tradición oral, esto es que fueron hechos para ser cantados o recitados por juglares, pero poco a poco fueron insertándose en la literatura escrita y ya muchos poetas en tiempos más cercanos los usaron para sus propias creaciones, como Federico García Lorca en su Romancero Gitano.


Hay tres teorías sobre su origen: está la tradicionalista, que dice que los romances son originarios de Cantares de Gesta y canciones antiguas y que llegaron fragmentados a los juglares quienes los difundieron; la individualista, que dice que fueron creados por autores del llamado 'Mester de Clerecía' para que fueran recitados por el 'Mester de Juglaría'; y la neotradicionalista, que mezcla las dos teorías y dice que son fragmentos de Cantares de Gesta u obras mayores rescatadas por autores que los dieron a conocer. De todas formas todas estas teorías son relativas al romancero viejo.


La verdad es que muchos de los Cantares de Gesta antiguos han podido ser completados o se ha sabido de su existencia gracias a los romances, estos han permitido mantener en la historia a los cantares primegenios y muchos de los romances tradicionales han sido conservados por los judíos sefarditas (o judíos españoles) que los han conservado allí donde su diáspora tras la expulsión por parte de los reyes católicos les han llevado.


¿Qué cuentan los romances?


Pues muchos cuentas episodios desgajados de los Cantares de Gesta antiguos. Otros fueron canciones, como el Cancionero Musical de Palacio, de la Corte de los Reyes Católicos, más o menos se distribuyen así:


Romances históricos: tratan temas históricos de la historia nacional, como, el Cid, Bernardo del Carpio, etc.


Romances carolingios: están basados en los cantares de gesta franceses Carlomagno, etc. Romances fronterizos: narran los acontecimientos ocurridos en el frente o frontera con los moros durante la Reconquista.


Romances novelescos: con gran variedad de temas, aunque frecuentemente están inspirados en el folclore español.


Romances líricos: son de tema muy variado, como la poesía en general, muchos de amor.


Romances épicos: cuentan las hazañas de héroes históricos.


Romances vulgares o de ciegos: narran hechos sensacionalistas, crímenes horrendos, hazañas de guapos o bandoleros como los siete del famoso Francisco Esteban, milagros, portentos etcétera. Estos se mantuvieron hasta hace bien poco tiempo.


lunes, 19 de julio de 2010

Roselo y Julia o ¿Romeo y Julieta?

Dejadme que os cuente una cosa: los dos genios más grandes del teatro universal, Shakespeare y Lope de Vega, eran unos copiones, ¿a qué os quedáis de piedra? Ambos revolucionaron y modernizaron el teatro de sus respectivos países, Inglaterra y España, ambos crearon tipos universales (más William) y ambos han pasado a la historia por su genialidad, pero también los dos acudían a lo que ya estaba publicado, a lo que ya estaba escrito y divulgado para escribir sus historias, sus obras de teatro. Como muestra Romeo y Julieta (en versión inglesa) y Castelvines y Monteses (en versión española), la primera de Shakespeare y la segunda de Lope, la historia que cuentan: la misma, o casi...
La historia de Romeo y Julieta, o de Castelvines y Monteses, es una historia o leyenda medieval que transcribió Masuccio Salernitano en el siglo XV, más tarde la reinterpretó Mateo Bandello, y aunque no había un lugar concreto donde hubiese sucedido (la historia se contaba en Roma, Nápoles, Sevilla y hasta en Teruel), él la ubicó en Verona. Esta versión llegó a manos de Lope directamente en italiano, y a manos de Shakespeare una vez traducida al inglés.

Lo que cuentan ambas historias es básicamente lo mismo: dos adolescentes enamorados y separados por familias enemigas no renuncian a su amor, por ese amor están dispuestos incluso a morir, como de hecho sucedió en la obra del inglés. Pero no en la de Lope, este, que sabía lo que a su público le gustaba, le dio un final feliz, ahora os lo cuento.

Una anécdota, Shakespeare, que también sabía lo que a su público le gustaba falló con Romeo y Julieta, no encontró demasiado seguimiento de la gente a pesar de sus dosis de sangre, materia biológica que a los ingleses encantaba en las obras de teatro.
Decíamos que Castelvines y Monteses acababa bien, nos encontramos con la escena de la cripta, en la que Roselo se da cuenta de que Julia se haya muerta, pero no se sucida, no, porque.... espera, no te lo voy a contar, es mejor que te leas la obra, la puedes encontrar en Cervantes Digital, aquí tienes el link:
Sólo decirte que la obra de Lope es menos lírica que la de Shakespeare, menos romántica, pero mejor construida, la lucha inicial se libra por una razón, no por el simple gusto por la pelea como ocurre en la otra, y Julieta es una mujer menos niña que la del inglés (de hecho llega a dormir casi dos meses seguidos con su enamorado sin temores...)
Lo dicho, Castelvines y Monteses, Romeo y Julieta a la española...



domingo, 20 de junio de 2010

Poema de Fernán González, propaganda medieval.

El Poema de Fernán González es una obra del Mester de Clerecía, ya sabéis, trabajo literario de hombre culto escrito en cuaderna vía. Es del siglo XIII, de alrededor de 1250 y de autor desconocido, aunque se sabe que lo escribió un monje del Monasterio de San Pedro de Arlanza, Burgos, ya que la mayor parte de la historia gira en torno a este lugar.
¿Y por qué un monje escribiría un cantar de gesta, un cantar épico? La respuesta es muy sencilla, aunque doble: por razones económicas y políticas. Lo escribió para obtener más lismosnas para su monasterio tomando como tema la necesidad de expulsar a los moros de la Península Ibérica.
He titulado este artículo Propaganda Medieval y si te atreves a leerlo vas a descubrir por qué, aunque de todas formas yo te lo voy a contar.
La Historia
El Poema de Fernán González cuenta la historia del Condado de Castilla y de uno de sus héroes, el susodicho Fernán González, uno de sus condes. Nos habla de las batallas contra todos: El reino de Navarra, el reino de Asturias y por supuesto los moros, quienes en el poema son considerados más o menos unos animales, y ahí está el grueso de la propaganda, los islámicos son descritos como unos bárbaros quemaiglesias y comehombres, ¡cómo lo leéis!, en un pasaje explica cómo cuecen a los cristianos para luego zampárselos. Leed:

Prendían a los cristianos, e mandabanlos cocer.
Por tal que les podiesen mayor miedo meter.

Tenían a otros presos e dejábanlos foir
Porque veían las penas a los otros sofrir,
Habían por do iban las nuevas a decir.

Decían e afirmaban que los vieran cocer;
Cocían e asaban los homes para comer;




Siguiendo este link puedes leerlo íntegramente, no tiene desperdicio, http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/05812752100547273089079/p0000001.htm
El Poema de Fernán González cumple sin duda una función política, no es extraño imaginar a la audiencia escuchando al juglar que recitaba el poema, indignada por las atrocidades de los moros, una audiencia, por supuesto ignorante, iletrada, que desconocía el gran desa

rrollo cultural y científico que los árabes habían traído a la Península Ibérica y que Alfonso X había sabido aprovechar.

Hay algunos datos curiosos acerca del Poema de Fernán González, existió un Cantar de Gesta sobre el que el monje se inspiró para componer su poema en cuaderna vía, además, es interesante también el hecho de que un monje escribiera épica, no es en absoluto habitual. También es curiosa la imagen que se da de los moros, aunque en muchas ocasiones se consideraran enemigos, en realidad en la literatura castellana fueron tratados de manera más honesta, recordad que en el Cantar de Mio Cid, nuestro Gran Cantar de Gesta, los moros son buenos, aliados y amigos del Cid, de hecho el Cid es llamado así por ellos, Mio Cid, Mi Señor, y más tardíamente, los moros llegan a ser héroes, por ejemplo en la novela renacentista del Abencerraje, y según Cervantes, fue un cronista árabe el que escribió El Quijote. Se supone que habría más escritos propagandísticos anti islámicos, pero no nos han llegado.

De todas formas el Poema de Fernán González, no sólo es una arenga en contra de los mahometanos, también es una declaración de intenciones sobre la supremacía del condado, después reino, de Castilla, sobre el resto de los reinos de la España medieval. El héroe vence a asturianos y navarros también, creando una gran Castilla, como realmente ocurrió no sólo con guerras, el Fernán González histórico, enterrado en la Colegiata de Covarrubias, Burgos, fue un gran estratega que con casamientos y acuerdos, acumuló un gran poder.
Hay que recordar una cosa para finalizar, el Mester de Clerecía tenía un afán didáctico, ese afán solía ser religioso, aquí también lo encontramos, pero además hayamos ese cariz político, que sin duda en esta época no estaba alejado del religioso, estamos en la época de la Reconquista (término usado desde el punto de vista cristiano).





miércoles, 19 de mayo de 2010

Mester Fermoso: Libro de Alexandre


Hoy hablamos del Libro de Alexandre, una de las primeras obras escritas en castellano, en lo que era el castellano del siglo XIII, claro. Esta obra es importante por muchas razones, entre ellas la ya mencionada de ser una de las primeras manifestaciones de nuestra literatura, pero además.... (ahora debería sonar un repique de tambores...) tachán esta obra fue la que dio nombre al Mester de Clerecía y al Mester de Juglaría.


Lo explico, esta es su segunda estrofa:



Mester traigo fermoso, non es de joglaría


Mester es sin pecado, car es de clerecía


fablar curso rimado con la quaderna vía


a sílabas contadas, car es gran maestría.


¿Lo pilláis o lo traducimos? No hace falta, ¿no? El docto escritor del Libro de Alexandre tenía muy claro que su trabajo era de clérigos, entendiendo como clérigos gente con estudios, gente que podía ser o no religiosa, es decir cura, monje, etc, pero que sin duda había tenido la suerte de formarse y adquirir una buena cultura, que en aquellos tiempo era mucho. Además le gusta distinguirse de los juglares, de esos vulgares poetastros con los que no quiere ser comparado, aunque el Libro de Alexandre tome bastante recursos de ese otro Mester.

¿Y qué cuenta el Libro de Alexandre? Pues la historia de Alejandro Magno, ni más ni menos, el mismo Alejandro que el de la película de Colin Farrell. O sea, la historia de uno de las mayores y más virtuosos emperadores de los antiguos griegos, macedonios para ser exactos, hijo de Filipo y dueño de casi todo el mundo conocido, desde el centro de Europa hasta la India, ni más ni menos. Ahora bien, el Libro de Alexandre no es muy fiel a la historia. Además de presentar a Alejandro como un dechado de virtudes: un sabio ( aunque se cuenta que estuvo formado por el mismísimo Aristóteles, osea que algo de verdad hay en ello), un guerrero sin igual (de un machetazo conquistaba toda una ciudad enemiga), fiel, leal, superfuerte (domó al caballo Bucéfalo que era una mala bestia, en el libro se dice que era un cruce entre elefante y camello), religioso, etcétera; el libro comete un sinfín de anacronismos: habla de los moros como si fuese la época actual (siglo XIII) y os recuerdo que los moros, es decir, los mahometanos, no existieron hasta el siglo VI después de Cristo, Alejandro Magno es del IV antes de Cristo, osea que se lo inventó mil años antes, además Alejandro era macedonio, su religión era politeísta, adoraba a Zeus, Afrodita (de la que le gustaba vestirse, esto es un cotilleo), y el autor del Libro de Alexandre nos lo presenta rezando a Dios en cuanto tenía oportunidad, jejejeje.
¿Quién fue su autor? Pues la verdad es que no se sabe, algunos autores dicen que fue Gonzalo de Berceo, pero para eso Gonzalo debería haber tenido 9 años, un poco difícil, el libro debió de haberse escrito entre 1180 (año del libro Alexandreis, del francés Chatillon, del que parece que se nutre) y 1250 (año en el que apareció el Poema de Fernán González, a quien influye). Otros autores dicen que Fray Juan Lorenzo, un monje leonés, no está claro, lo que sí lo está es que el Libro de Alexandre no es una mera copia de otras historias latinas de las que toma el modelo o de la obra francesa antes mencionada, es una historia original escrita siendo consciente de su originalidad, y que está escrita en un castellano de León.

El Libro de Alexandre es toda una novela de aventuras escrita en cuaderna vía, ya sabes, el tretasforo monorimo, los buenos son muy buenos, y los malos muy malvados, y el bueno vence a todas las adversidades, aunque aquí muere y eso es porque no ha sido capaz de vencer a las tentaciones, toma ya. A propósito, muere envenenado, una de las hipótesis históricas que hoy en día está prácticamente abandonada, pero que en el siglo XIII era de plena vigencia.








miércoles, 12 de mayo de 2010

Vida de juglares

Los Juglares y el Mester de Juglaría son propios de la Edad Media española, pero su influencia llegó hasta hace muy poco tiempo, de hecho, ¿no es quizá el oficio de juglar uno de los más antiguos del mundo? Aunque os parezca increíble, hasta hace muy poco tiempo, iban por los pueblos ciegos que recitaban romances actuales (para ellos) sobre crímenes sangrientos, o romances tan antiguos que casi se remontaban a los Cantares de Gesta.

¿Qué son los juglares? La palabra juglar significa bromista, así, directamente, viene de un palabro latino, de joculator, que significa más o menos eso. ¿Y quienes eran? Pues sobre todo eran hombres que se ganaban la vida yendo por los caminos de pueblo en pueblo, de mercado en mercado, o que vivían en cortes de señores feudales, incluso de reyes, se dice que Alfonso X El Sabio contaba con muchos de ellos en su séquito, y recitaban, cantaban, tocaban música, hacían malabares, etc, todo por conseguir algunos maravedíes con los que malvivir.

Según su oficio se llamaban de una u otra forma. Por ejemplo: el remedador era el juglar que se dedicaba a imitar (a remedar) tomaba una víctima entre los presentes y lo imitaba hasta que se aburría o hasta que se llevaba un palo; el cazurro era el juglar que sabía hacer malabares y algún que otro juego sacaperras tipo trilero; el juglar de gesta era el especializado en recitar fragmentos de Cantares de Gesta, adulaba con la voz y era capaz de mantener el suspense de lo que iba contando, lo más parecido a un cuentacuentos moderno; también estaba el goliardo que era un religioso renegado o un estudiante fracasado, con cultura pues, que se daba a la juglaría para escapar de la miseria, y que componía sus propias obras, a menudo de carácter muy satírico y con fuerte contenido carnal.

Cantares de Gesta

Los juglares que más nos interesan son los que usaban los cantares de gesta como herramienta de trabajo. Seleccionaba el fragmento que más interesaba al público y semirrepresentaba dicho fragmento. Algunos de estos fragmentos fueron tan famosos, tan repetidos, que acabaron en el imaginario popular como romances y así llegaron a nosotros.
El juglar memorizaba el cantar de gesta gracias a su rima asonante, que le permitía hacer cambios sobre la marcha si la memoria le jugaba una mala pasada.
Los cantares más usados fueron los del Mio Cid y las versiones del Cantar de Roldán.
El Mester de Clerecía se oponía al Mester de Juglaría, o dicho de otra forma, los que tenían oficios relacionados con la cultura rechazaban a los pobres juglares, que eran menos letrados, sin embargo esta diferencia entre ambos mesteres era menos grande de lo que creemos en la actualidad, de hecho, ¿no fue gracias a los que encuadramos dentro del Mester de Clerecía que todavía conservamos obras del Mester de Juglaría? Ah, una cosa, los del Méster de Clerecía no sólo eran curas, ya debemos ir olvidándonos de esto, lo que sí eran letrados, o sea gente con cultura y seguro que muchos de ellos religiosos, claro, la cultura estaba en la Iglesia.

sábado, 17 de abril de 2010

El Ombligo del Mundo

España fue una vez el ombligo del mundo, y no estoy hablando de poder, no al menos del poder político, si no de cultura, en la Edad Media España era el ombligo del mundo en materia cultural. Como en la actualidad Nueva York. En los siglos X, XI, XII y XIII la sabiduría estaba concentrada en nuestro país, bueno, mejor dicho en la Península Ibérica, concretamente en Córdoba primero, la ciudad más importante del mundo en esas fechas, y en Toledo después. Europa estaba sumida en la oscuridad, la cultura sólo estaba en los monasterios, Jerusalén se había perdido en manos de los otomanos, el Imperio Romano se había fragmentado en multitud de reinos pequeños y sin interes comunes, y la mayoría de los reyes estaban más interesados en mantener el poder que en fomentar y mantener la cultura. Sin embargo había una corte donde la paz y la cultura reinaban: Córdoba. Abderramán III había concentrado en su Califato a lo más nutrido del saber de todo el mundo árabe, que a su vez había guardado el conocimiento del mundo griego y persa. Averroes, principal intérprete y comentarista de Aristóteles, Maimónides, sefardita, judío español, el mejor médico y filósofo de su tiempo, Avicena, su sabiduría llegó intacta al reino moro de Abderramán III, toda esa magnificiencia cultural convertía a Córdoba en el centro del mundo. Todo ello no se perdería con el fin del Califato de Córdoba y la ruptura de Al-Andalus en reinos de taifas. Toledo tomó el relevo, su escuela de traductores, que tuvo como momento cumbre el reinado de Alfonso X El Sabio, mantuvo todo el saber acaparado en Córdoba traduciéndolo primero al latín, luego al castellano, y finalmente de manera directa al castellano, una lengua romance que estaba naciendo en esos momentos como lengua culta.

Inicios de la Escuela de Traductores de Toledo

La toma de Toledo por AlfonsoVI a últimos del s. XI hizo que esta ciudad se convirtiera en un importante centro cultural, las tres religiones de Espa;a, que no las tres culturas, cultura s'olo hab'ia una, viv'ian de manera pac'ifica en esta ciudad>hebreos, mahometanos y cristinanos, compart'ian espacio, ocio y manera de vivir, si bien no compart'ian religi'on, y en muchos casos tampoco oficios. Esa convivencia pac'ifica y normalizada hizo que se comenzara a dar un intercambio cultural muy interesante, las obras 'arabes, importadas de Persia y de todo el norte de 'Africa, que aglutinaban todo el saber de la humanidad, desde el mundo m'as oriental hasta el grecolatino, fueron traducidas al latin. En los primeros estad'ios de este intercambio hubo dos protagonistas esenciales> Gundisalvo y Juan Hispano, Gundisalvo era obispo de Toledo, Juan Hispano un jud'io, o cristina nuevo, Juan traduc'ia del 'arabe o del hebreo al idioma com'un, el incipiente castellano, el romance de Toledo, Gundisalvo traduc'ia al lat'in. As'i comenzaba una de las etapas m'as importantes de la historia cultural de Occidente. En una pr'oxima entrada hablaremos de la Escuela en tiempos de Alfonso X.

martes, 13 de abril de 2010

De Caballeros y Dragones

En la historia de la literatura española hay un género de novelas que en la actualidad no es muy seguido pero que en otras épocas era el género por excelencia, lo que leía todo el mundo, todo el mundo que sabía leer, claro, un género que levantaba pasiones y detractores al mismo tiempo, un género tan adictivo que volvía loca a la gente: los libros de caballerías.

Gozaron de un gran popularidad en España y Portugal durante todo el siglo XVI y el XVII, aunque desde mediados del XVI fueron perdiendo fuelle, y su historia comienza en escritos del siglo XIV, como El Libro del Caballero de Zífar, de 1300.


¿En qué consiste un libro de caballerías?


Por supuesto es un libro de ficción, más que de ficción de exageración. El héroe siempre hijo de reyes o nobles, pero abandonado a su nacimiento, crece creyendo que es un villano más, pero siente deseos de ser caballero, consigue serlo y demostrar su valía a pesar de su supuesto origen humilde, al final es reconocido por su familia y recupera su posición. Entre medias hay innumerables batallas, el amor incondicional y masoquista hacia una doncella, basado en el amor cortés pero un poco más picantón, la ayuda de un hada o mago es habitual e imprescindible, así como los personajes fantásticos: duendes, dragones, gigantes, etc; también es normal que el caballero tenga algún poder fantástico, espada mágica como la del rey Arturo, los barcos pueden recorrer distancias increíbles en muy poco tiempo, los caballos correr más que el ave y los castillos e islas pueden aparecer o desaparecer.


Toda esta fantasía era vendida como hechos reales, ahora nos parece increíble, pero en aquellos tiempos, en los que se pensaba que la tierra era plana, imaginaos...


Los más famosos


Sin duda los libros de caballerías más famosos fueron los de la saga de Amadís, una saga es una continuación, también inverosímil, por supuesto, de las aventuras del caballero, una vez que muere se continua con sus hijos. El primer libro de la saga fue el Amadís de Gaula. Otro libro importante es Tirant Lo Blanch, de Joanot Martorell, este libro es distinto al resto de los libros de caballerías porque presenta a un caballero más real, no hay tanta fantasía y sí un caballero que sobre todo es persona. Ambos libros, el Amadís y el Tirant fueron salvados de la quema en El Quijote.


Si te gusta El Señor de los Anillos o Eragón échale un vistazo al Amadís, fue escrito hace 500 años pero es toda una aventura de fantasía y recuerda que sin este género de novelas no se hubiera escrito la joya de El Quijote, que nació como una crítica hacia este tipo de ficción.


domingo, 4 de abril de 2010

¡¡El Lazarillo ya tiene autor!!


Uno de los grandes misterios de la literatura en español, y probablemente de la Universal, se ha desvelado: El Lazarillo de Tormes ya no es anónimo, y no hagáis el chistecito ese de que anónimo es el autor que más obras ha escrito... Hasta ahora se han barajado muchos nombres para identificar al autor de la primera novela moderna en castellano, del embrión de El Quijote y por supuesto de todo el género de la novela Picaresca, El Lazarillo, y precisamente uno de los que más se usaron en la antigüedad, hasta el siglo XVIII mucha gente lo daba por sobreentendido, es el que se ha llevado el gato al agua: Don Diego Hurtado de Mendoza, el tipo que aparece en esta ilustración.
La responsable de dar las pruebas necesarias para tomar a Diego Hurtado como el autor de El Lazarillo es Mercedes Agulló, una paleógrafa (investigadora de escrituras antiguas) que ha dedicado media vida a tirar del hilo para ahora gritar a los cuatro vientos eso de que esta obra ya no es de un autor anónimo.
Su trabajo ha sido de un investigador digno de película de Hollywood.
Mercedes estaba haciendo un trabajo de paleografía con legajos de Juan López de Velasco, un abogado del s. XVI, de la corte de Felipe II y que, curiósamente, fue el responsable de 'capar' El Lazarillo para que puediera ser impreso; recordemos que tras su publicación en 1554 en 1559 fue listado como libro prohibido por la Inquisición, pero Felipe II accedió a su reimpresión una vez debidamente limpiado de lo 'indecoroso' para la Iglesia; pues bien López de Velasco fue el encargado de tal limpieza. Pero volviendo al tema, Mercedes estaba trabajando en papeles del susodicho picapleitos del Dieciséis cuando se encontró con un inventario del testamento de Diego Hurtado de Mendoza, testamento del que se ocupó el abogado, y en ese inventario halló esta frase:
Vn legajo de correçiones hechas para la ynpressión de Lazarillo y Propaladia
¡Imaginaos cómo se le quedarían los sesos a Mercedes! Diego Hurtado de Mendoza, proponía las correcciones de impresión para el Lazarillo, ¿con qué derecho a menos que él fuese el autor de El Lazarillo? Bueno pues ese fue el hilo del que empezó a tirar la señora Agulló (por cierto por si le interesa a alguien, esta lúcida señora tiene 84 años) para descubrir la autoría de El Lazarillo.
¿Será 100% segura su hipótesis? Parece que sí, por lo menos los eruditos no han podido demostarla todavía y eso que les faltó tiempo para echar por tierra el trabajo de Rosa Navarro que quiso demostrar que el autor de esta novela fue Valdés.
Diego Hurtado de Mendoza
¿Pero quién fue Diego Hurtado de Mendoza? Pues un hombre del Renacimiento, un caballero, militar, con una gran biblioteca, conocedor del árabe, griego, latín y varias lenguas europeas, fue muy admirado por Carlos V, pero no por su hijo, Felipe II, quien ambicionaba su grandiosa biblioteca.Y parece que esa enemistad fue la que hizo que no firmara la autoría de El Lazarillo. Diego Hurtado es autor, reconocido por supuesto, de muchos sonetos, fue uno de los primeros introductores de las formas italianas junto con Boscán y Garcilaso y de la Fábula de Hipomenes y Atalanta, amén de muchas otras composiciones poéticas.